Atapuerca representa la memoria mas atávica de nuestra existencia. La propuesta quiere poner de relieve esa condición y se dispone, medio enterrada, conformando una trinchera para el acceso y disponiendo un volumen prismático y nítido que sugiere vida bajo él (como la que propicia la humedad, en forma de larvas y pequeños insectos, bajo una roca en el terreno). Desde la lejanía se presenta como una losa que querría evocar a nuestros antecesores. Esa misma losa enmarca, desde el recito de acceso, el magnífico paisaje del entorno de la sierra.