Se relegó a la textura del material, el granito pulido negro de la superficie de la barra, el granito flameado del paramento vertical de la barra y del zócalo, o el vértice metálico, la suavidad del terrazo in situ del color del granito en el suelo, y la cualidad aterciopelada de la luz salmón que recogía el espejo, las características del espacio que, como en el American bar de A. Loos, se expandía a través de los espejos en su parte superior.